Allá por el primer tercio del siglo XV, el reino de Aragón ve cómo crece el de Castilla gracias a su potencia militar y económica. En aquellos tiempos lo normal no era negociar, aliarse, establecer “puentes”... sino que cuando alguien quería algo de otro lanzaba sus tropas y lo asía. Esa, desde luego, era la intención de Aragón respecto de Castilla, pero era una intención vana pues el reino de Aragón no tenía recursos suficientes para iniciar y sostener ese camino. Es así que, en este contexto, el condado de Barcelona, junto con el resto de condados catalanes, integrados en la Corona de Aragón, se constituyen en una especie de organización o instrumento de financiación de su Corona, al objeto de procurarle recursos para guerrear contra Castilla. Este instrumento recibe el nombre de Generalitat.
Sin embargo, avanzando el siglo XV Aragón y Castilla se unen, no por la fuerza de las armas, sino por la fuerza del “amor” pues el Rey de Aragón, Fernando, y la de Castilla, Isabel, se casan. Anexionados los dos reinos, lógicamente, Aragón ya no precisa los recursos para la guerra que necesitaba antes y la Generalitat ve cómo va perdiendo poder e influencia, eso sí siempre dentro de la Corona de Aragón.
Dando un salto en el tiempo nos vamos a mediados del siglo XVII. Como quiera que estas líneas tienen la pretensión que tienen y que antes advertí no profundizaremos en este convulso siglo, aunque sí advertiremos que en estos años se estaba desarrollando en Europa la guerra de los treinta años, contexto bélico que trajo como deriva particular la famosa rebelión de los segadores catalanes (de ahí el himno independentista catalán El Segadors), rebelión no de Cataluña frente a España sino de catalanes frente a catalanes y de ciudadanos frente a los poderes que les exigían impuestos y tasas que consideraban brutales. Pero, repito, eso es otra historia y no profundizaremos en ella: baste este mero apunte.
El caso es que en estos años descritos del siglo XVII reina en España Felipe IV, al que sucede en el reino su hijo Carlos II que nace con claras taras físicas y mentales que le llevan a recibir el sobrenombre del Hechizado. Siendo su condición inadecuada para el gobierno ni para sostener un reino como el de España, cuando cumple la mayoría de edad en 1675 es “convencido” por unos y otros de que lo mejor que puede hacer es nombrar heredero a una persona que pueda garantizar lo que él no garantiza ni garantizará. Y el “elegido” fue Felipe de Anjou, quien a la muerte de Carlos II en 1700 reinaría en España como Felipe V. Es importante subrayar que Felipe V sería el primer rey Borbón en España.
Con el ánimo puesto en congraciarse con su nuevo pueblo es aconsejado por su “equipo” para que realice actos o concesiones que le acerquen a las gentes. En esa recomendación hay que entender porqué en esa época del tiempo Felipe V concede a Cataluña su primer estatuto, cuya comparación con el que tienen ahora no sólo es vana sino ridícula.
Sin embargo, Cataluña, genéticamente desleal, decide devolver la concesión con la traición a Felipe V poniéndose del lado del pretendiente de la Corona de España, el archiduque Carlos de Austria. Y es que ésta sí es la cuestión esencial que hay que tener muy presente: el conflicto entre los borbones y los austrias que se despliega por toda Europa y que tiene en España un foco importante. Es paradójico pero esencial conocer que Cataluña lo que defiende es el derecho del archiduque Carlos de Austria a ser rey de España, es decir, conocer que lo que Cataluña defiende no es su independencia sino a la Corona de España.
En ese contexto en el que Cataluña apoya al bando de los austrias frente a los borbones en esta guerra por la sucesión del trono de España, permite el paso de las tropas inglesas por su territorio, que vienen a apoyar al archiduque frente a los franceses borbones. Esta circunstancia provoca que los ingleses acaben asentándose en Cataluña, controlándola de facto.
Este contexto bélico en Europa y España concluye con la firma del Tratado de Utrech donde, entre otras cosas, el archiduque de Austria renuncia a sus pretensiones por el trono de España y se queda en Bruselas, y España entrega a los ingleses Gibraltar a cambio de que abandonen el control en Cataluña.
Es entonces, cuando los ingleses salen de Cataluña, cuando Felipe V manda a las tropas a dicha tierra para recuperar el control de la misma, sin olvidar que llega a tierra española pero de traición. Es el año 1714, el año que adoptan los independentistas para celebrar un acontecimiento que nada tiene que ver con dicha independencia. Los sucesos trágicos de Barcelona en ese año devienen de, repito, una toma del control de una tierra que durante los últimos años había traicionado al que ahora era el legítimo monarca español por haber apoyado al que había acabado por renunciar a esa pretensión.
Volvamos a dar un salto en el tiempo y lleguemos hasta 1931 y a la instauración de la Segunda República. Animado por dicho momento histórico el presidente de la Generalitat, Masiá, sale al balcón de la presidencia y declara la República Catalana. El presidente de la República española, Alcalá Zamora, le insta a deponer su actitud a cambio de concederles mayores competencias en su estatuto de autonomía. Masiá desiste de su actitud.
Tres años después, en 1934, la Generalitat quiere dictar la ley de contratos de cultivos que va contra la Constitución española. Como la República le insta a retirarla, Companys, ahora presidente de esa Generalitat, vuelve a declarar la República Catalana. El presidente de la española manda las tropas a Cataluña y arrestan a Companys.
Companys está en la cárcel hasta 1936 cuando, con la victoria en las elecciones del Frente Popular, sale libre por la amnistía proclamada. Sin embargo, poco después comienza la Guerra Civil en España y Companys huye a París, donde vivirá hasta que sea arrestado y deportado a España por “generosidad” de Hitler y ante la petición de Franco. Al llegar, es fusilado.
Hasta aquí el repaso histórico. ¿Cuándo ha sido Cataluña independiente de España? Nunca. Es más, sus pretensiones históricas siempre han buscado ayudar a los reyes de España, los legítimos o los que ellos consideraban legítimos. Y la declaración de independencia, cuando se ha utilizado, ha sido como instrumento o arma arrojadiza para conseguir prebendas, beneficios y privilegios, tal como ahora vuelve a suceder. Sólo hay una diferencia entre este momento y el pasado histórico: antes quienes gobernaban en España tenían claro que la solución pasaba por intervenir en Cataluña e, incluso, mandar allí los ejércitos y arrestar a los líderes catalanistas sediciosos. Ahora, sin embargo, en España gobierna Mariano Rajoy Brey, garantía plena de inoperancia e irresponsabilidad frente a sus obligaciones como máximo dirigente del gobierno español. Por esto Junqueras y Puigdemont danzan y cantan El Segadors con inusitado entusiasmo. Sea.
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